jueves, 4 de junio de 2015

LIBROS























Dios te libre, poeta,
de verter en el cáliz de tu hermano
la más pequeña gota de amargura.
Dios te libre, poeta,
de interceptar siquiera con tu mano,
la luz que el sol regale a una criatura.

Dios te libre, poeta,
de escribir una estrofa que contriste;
de turbar con tu ceño
y tu lógica triste
la lógica divina de un ensueño;
de obstruir el sendero, la vereda
de quebrantar la pobre baja que rueda...
que recorra la más humilde planta;
de entorpecer ni con el más suave
de los pesos, el ímpetu de un ave
o de un bello ideal que se levanta.
Ten para todo júbilo, la santa
sonrisa acogedora que lo aprueba;
pon una nota nueva
en toda voz que canta,
y resta, por lo menos,
un mínimo aguijón a cada prueba
que torture a los malos y a los buenos.

Marzo de 1916.

_________________________________________

























Un haz de luz me regalaba el Tiempo,
tuve la sensación irrevocable
del tiempo terrenal, insojuzgable
entre el alba y la noche de otro tiempo.

En el jardín del sueño es otro Tiempo,
ocho cielos concéntricos, un sable.
Y el hambre del poeta, es insaciable
abismo de dos fuegos, contra el tiempo.

Nadie en lo falso del sentido fíe,
más allá del azahar el mundo ríe,
otros sueños, serán abrevadero,

de voces y de estrellas donde el río,
turquesa en su vertiente es sólo mío
entre piedras y lunas del sendero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario