martes, 3 de mayo de 2011

LA NIÑA DEL CABELLO VERDE

Autosugestión, sueños, esperanza,
verde de tu cabello hasta lo absurdo.
Todo en ti evoca el mar:
Tus palabras, tus ojos, tu sonrisa,
tu afán de cabalgar los hipocampos
y deshojar la Rosa de los Vientos,
entre la tempestad, en la tormenta,
más allá de los ignoto.
Yo apenas supervivo del naufragio
y sueño con tu amor,
en otra latitud, bajo otro cielo,
sin brújula, sin ancla, sin amarras.
Absorto en la contemplación de los abismos
siderales, terrestres, oceánicos.
Reflexiono... pienso con el cerebro y con el alma.
¿El corazón? Es un reloj sin ritmo.
¡La Gaviota! Todavía persigo una gaviota.
Amanece de pronto sobre el mundo
y estoy solo de nuevo con tu imagen,
saturado de sal y de amargura.
Te recuerdo, al margen del dolor y la distancia.
Tu voz habla de cosas que no escucho,
que no quiero entender, que ya no existen.
Anochece de pronto sobre el mundo
y el mar viene a decirme que no cante.
Enmudezco... toda la vida guardaré silencio.
Y tú, mi niña del cabello verde,
volverás a espolear los hipocampos,
sepultarás mis sueños en la arena,
y en holocausto, dejarán tus manos
una estrella de mar sobre mi tumba.

SERGIO CHAPMAN PETITT

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